Compartimos este artículo que hemos preparado para la Revista ASAG Informa, asociación SOMOS de Astillero dedicada a temas de Discapacidad.
El surf no se puede catalogar sólo como un deporte y quizá sea excesivo proponerlo como toda una filosofía de vida, el caso es que no encaja en el molde de los deportes clásicos y su innata vistosidad hacen que un público tremendamente amplio y de muy distintas aptitudes, venza cada verano la pereza, la vergüenza y otros frenos, para entregarse, por unos días, a deslizarse sobre sus tablas y coronar sus vacaciones con un broche auténtico y especial.
Jota, un surfista invidente disfrutando de una bonita ola.
En Biosurfcamp no buscamos trofeos en el surf ni formar a los campeones de la competición de este deporte que va a conquistar la categoría de olímpico en 2020. Lo que queremos es que todo el que se lo proponga, da igual su condición, disfrute del contacto con el mar y viva la increíble experiencia del surf con la esperanza de que gente más conectada con su entorno, sea salvaguarda para un futuro mejor.
Comenzamos hace ya 7 años y tratamos de atraer a gente de todas las edades y condiciones a probar. En nuestras cursos de surf en Suances, hemos tenido gente desde los 6 años hasta de más de 60, de todas las tallas y aptitudes físicas, peleando por deslizarse sobre las olas en su tabla y compartiendo momentos únicos de surf y buena compañía. Cuando alguien se agobia y comienza a compararse con otros, comenzamos un trabajo más profundo para que cada cual se concentre en superarse a sí mismo, la verdadera recompensa y la norma es gente que goza, se esmera por mejorar, comparte emociones y finalmente siente unas ganas tremendas de repetir. Y con esta filosofía, cuando han ido surgiendo oportunidades de trabajar con diferentes grupos de personas con alguna discapacidad, el trabajo ha sido sencillo, en la misma onda que ya trabajamos en el día a día, sólo que más pendientes de algunos aspectos técnicos.
Tras madurar diferentes ideas de cómo adaptar adecuadamente un curso convencional de surf a otros públicos con necesidades especiales, tuvimos la suerte de ponerlo en práctica cuando nos acompañaron, durante 3 jornadas, 15 chavales de la Asociación ADISLI de Madrid, que como premio a todo un curso escolar y de talleres ocupacionales, acudieron a pasar unos días estupendos en Suances, en los que pudimos disfrutar de jornadas intensas de surf, bici, paseo y excursión al intermareal. A pesar de ser un grupo bastante heterogéneo, lo común fue el gran entusiasmo y ánimo, que este reto les supuso. En palabras de su Coordinador Juan Pablo Fernández, “fue una gran experiencia para los chavales”. Una experiencia de surfcamp para niños con discapacidad único.
Con mayor conciencia de adaptarnos a los límites que también encontramos entre el público general, sin forzar ninguna situación hacia un resultado esperado, tratamos de acompañar a cada participante en la valiente aventura de adentrarse en el mar sobre su tabla de surf, para intentar cazar una ola y vivir el momentazo de deslizarte sobre ella tumbado, de rodillas o de pie.
Otro caso muy sorprendente e inspirador que hemos vivido en estos años, fue la visita de un invidente a nuestro surfcamp acompañado de sus amigos de Buitrago. Hemos tenido el privilegio de acompañar las primeras olas de este hombre ejemplar en el agua. Nada menos que el campeón del mundo de paratriatlón para invidentes José Luis García-Serrano “Jota”. Nos dio una gran lección de confianza, capacidad comunicativa en el agua, tranquilidad, disfrute y superación personal, alzándose en varias olas con el enorme poder del resto de sus sentidos y cualidades, y ayudado por nuestras pequeñas señales acústicas y recomendaciones. Según nos relata su experiencia “es un deporte increíble que me requiere mucha concentración y es donde me siento más autónomo…es un contacto directo con la naturaleza y el mar que es una auténtica pasada”.
Tras nuestro trabajo con diferentes grupos y personas con discapacidad, desde las Escuelas de Fisioterapia y logopedia Gimbernat-Cantabria (adscritas a la Universidad de Cantabria) , Isabel García nos propuso compartir esta experiencia en un curso especializado para estudiantes de fisioterapia y Logopedia en el que, ellos mismos tenían que convertirse por un día en instructores de surf para niños que padecen diferentes trastornos. La actividad fue “El Surf como herramienta terapéutica en personas con discapacidad” que coordinábamos el autor y Nuria Martín, Fisioterapeuta especializada y profe. La propuesta era poner en evidencia los beneficios y características del agua como un nuevo entorno provisto de estímulos sensoriales y el deporte del surf que sirvió de vehículo para trabajar sobre el equilibrio, la coordinación, la concentración y la percepción y conciencia corporal así como la mejorar en la toma de decisiones en niños y niñas con trastornos del espectro autista y niños con trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad TDAH.
Esta inolvidable actividad la hicimos en colaboración con algunos chavales de Amica. La involucración de nuestros debutantes instructores no quedó atrás, cuando los chavales con diferentes discapacidades físicas e intelectuales se entregaron de lleno a todas las dinámicas adaptadas que habíamos preparado tanto en tierra firme como entre las olas reales. Así, nuestros alumnos universitarios, no sólo disfrutaron de sus primeras olas, sino de un placer reservado a los instructores de vocación, la satisfacción de acompañar a otros en sus primeras e inolvidables experiencias sobre la tabla de surf. La coordinadora de la actividad desde Amica, Irene Gurrea, agradece la oportunidad que les ofrecimos pues “siempre es positivo que disfruten de nuevas experiencias”.
La verdad es que viviendo estos momentos únicos, con gente que a priori parece condenada a no poder disfrutar de una de las vivencias más atractivas y dinámicas en conexión con el mar como es el surf, nos ha hecho reflexionar sobre hasta dónde las limitaciones físicas o intelectuales que vive mucha gente no son limitantes más que hasta el punto en que la persona lo ha creido así. Esto nos parece íntimamente ligado a lo que conciben sobre estas personas su entorno inmediato (familiares, amigos, vecinos, compañeros, terapeutas, instituciones…).
Hemos constatado los efectos tan positivos a nivel de ánimo, autoestima, desarrollo de cualidades físicas, equilibrio, concentración, socialización, etc. que la práctica del surf trae a TODOS los públicos con los que hemos tratado, y también hemos podido ver las grandes posibilidades que tienen todas aquellas personas rodeadas de un entorno que cree, confía y apoya a las personas independientemente de su condición.
Con todo ello nos atrevemos a opinar que si una persona discapacitada no se atreve con retos como el surf, es también debido a que su sociedad padece algún tipo de discapacidad. Todo el entorno tiene el reto de superarse a sí mismo comprendiendo que todos hemos venido a este mundo con enormes capacidades de adaptación y superación en un medio sorprendentemente cambiante. El surf es una de las mayores expresiones de este tipo de medio y una gran metáfora de la vida. Si la persona consigue disfrutar del surf, todo su entorno también habrá triunfado y podrá disfrutar como hacemos los instructores, de ese logro personal tan genuino.
Y con todo esto, sólo podemos dejar un mensaje de ánimo para todas aquellas personas que hayan sentido la llamada de las olas, la tabla y el mar. Hay algo fascinante esperando, como es deslizarse por tu primera ola a la velocidad de un delfín y en total sintonía con el gran océano.
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